¿MURIÓ REALMENTE ADOLF HITLER?

Saltó la noticia cuando Abel Basti, un periodista argentino, declaró haber encontrado pruebas que demostrarían que Adolf Hitler no se suicidó en 1945 como, según Basti, nos han hecho creer todas las fuentes oficiales.

Es una “leyenda urbana” muy conocida la de que Hitler huyó de su fatídico destino tras la entrada del Ejército Rojo en las calles de Berlín que acabaron con la capitulación del III Reich frente a Stalin y el resto de fuerzas aliadas. Son también conocidas las hipótesis que hablan de asentamientos nazis en América del Sur, principalmente Chile. Algunas de estas hipótesis siempre barajaron la posibilidad de que el mismo Adolf Hitler estuviese en uno de esos “paraisos nacionalsocialistas” en América.

Muchos dirigentes del III Reich y de su maquinaria de destrucción en Alemania y los demás países del Eje huyeron a América vía España y Austria. El gobierno de Franco ayudó a muchos a huír, y el de Perón a refugiarse. Son conocidos varios casos en Argentina investigados por el Mosad, así como las ya citadas colonias de Chile. Menos conocidos son los casos del sur de Brasil, donde se alojaron muchos nazis austriacos y Uruguay y Paraguay donde incluso participaron en la segunda mitad del siglo XX en la creación de Juntas Militares que instauraron sendas dictaduras. Por último está el caso de los Ustachás croatas que se afincaron en Bolivia en el departamento de Santa Cruz.

Todo esto es conocido y fácilmente demostrable, lo sorprendente sería probar que entre todo ese tránsito de genocidas que escapaban de la justicia internacional con el beneplácito de las dictaduras hispanoamericanas también se hubiese “colado” el mismísimo Führer. Basti dice tener pruebas que aseguran que Hitler, Eva Braun y 13 de sus hombres llegaron a Barcelona el 27 de abril de 1945 desde Linz en un Junker 290, número de serie 0163, código PIPQ. Una vez que llegaron a España, se subieron a un submarino y fueron rumbo a Argentina, donde termino sus vidas apaciblemente.

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